Este poema, es expresión de una vida que se comprende como don del amor de Dios y ofrenda para él; esa vida es la de santa Teresa de Jesús. Ella ha experimentado las verdades de la fe: en Cristo, el ser humano creado por Dios a su imagen, es redimido; por él...
El lema del Vº Centenario del Nacimiento de Santa Teresa, Para Vos Nací, está tomado de una de sus poesías, cuyos dos primeros versos dicen así:
Vuestra soy, para Vos nací:
¿Qué mandáis hacer de mí?
Este poema, es expresión de una vida que se comprende como don del amor de Dios y ofrenda para él; esa vida es la de santa Teresa de Jesús. Ella ha experimentado las verdades de la fe: en Cristo, el ser humano creado por Dios a su imagen, es redimido; por él, cada persona es llamada y esperada; con él somos conducidos a la salvación; a semejanza suya, la vida del ser humano se realiza en la obediencia al plan del Padre.
Esa experiencia espiritual de la Madre Teresa de Jesús no queda reducida, sin embargo, a un acontecimiento personal que sólo le incumbió a ella. Después de haber paladeado bienes tan altos, ella volcó lo sucedido en su interior en una serie de escritos magistrales, que han pasado a la historia de la literatura universal, con el fin principal de engolosinar, usando su propia terminología, a sus lectores y lectoras, de invitarles a recorrer su propio camino de sanación, de libertad, de plenitud, de entrega.
Teniendo en cuenta todo esto, la celebración del Centenario no puede tener otro objetivo principal que invitarnos a todos a un encuentro profundo con Teresa. No acudir a ella por mera curiosidad o simple obligación, sino tomando conciencia de que nos implica, de que nos cuenta cosas que sentimos en algún modo nuestras; lo que ella nos cuenta, de alguna manera está dentro de nosotros y nos sucede.
La Madre Teresa ha propuesto su historia personal como un camino de experiencia para otros. El modo como ella se ha conducido o, mejor, ha sido conducida, es una guía adecuada para la aventura interior que nos lleva al pleno encuentro con Dios.
Santa Teresa es mediadora de una Presencia activa, la presencia de Dios, y tiene la eficacia de propiciar el encuentro personal, no sólo con ella, sino también con su interlocutor divino, pues Teresa siempre que habla de Dios lo hace delante de él, de forma que él aparezca y se manifieste por sí mismo.
Un encuentro, por tanto, receptiva y vibrante como el que hizo su primer editor, fray Luis de León: “Y así, siempre que los leo [los escritos teresianos], me admiro de nuevo, y en muchas partes de ellos me parece que no es ingenio de hombre el que oigo; y no dudo sino que hablaba el Espíritu Santo en ella en muchos lugares, y que le regía la pluma y la mano, que así lo manifiesta la luz que pone en las cosas oscuras y el fuego que enciende con sus palabras en el corazón que las lee”.
TOMADO DE: http://www.paravosnaci.com