Esta manera de amar: amistad teresiana

amiastades-teresianasUn largo camino de amistades dibuja la vida de Teresa. Hubo seglares –mujeres y hombres–, hubo monjas, curas y religiosos. Gentes de negocios, de la nobleza, de extracción humilde. Algunas de estas amistades fueron, con sus palabras...

 


 

Una de las claves principales para entrar en el universo teresiano es la amistad. La extremada capacidad de relación de Teresa, su ingenio para crear la mejor complicidad y camaradería, para comunicarse y recibir al otro, su capacidad de adaptación y de atención, hacen de ella una mujer especialmente dotada para la amistad. Por ello,vivir en relaciónes el humus de un carisma que tiene raíces en esta experiencia tan humana.

Cuando empezó a hablar de oración cristiana, no habló de otra cosa: orar es tratar de amistad con quien sabemos nos ama,estando muchas veces a solas tratando con Él. Se trata de vivir en relación, de crecer en amistad.

Teresa entendió algo que Juan de la Cruz expresó muy bien: quehay que ir con todo a Dios, sin dejar nada de lo que constituye como ser humano a la persona.

Comprendió que el acceso a Dios se hace, en primer lugar, a través de la propia humanidad, que implica también la humanidad de los semejantes. Después, a través de laOtra Humanidad, la de Jesucristo, como acceso íntimo, veraz e inmediato a Dios. Y, en todos los casos, la relación de amistad aparece como un tejido que hace posible ese acceso.

Cuando empezó a hablar de sí, enseguida abundó en este tema. La amistad con sus primos –ambigua–, con una criada –nociva–. La amistad con María Briceño, monja en el internado donde estuvo, que logrará un cambio importante en la orientación de su vida; la que tuvo con Juana Suárez, monja en el convento de la Encarnación de Ávila, que le llevará a elegir ese mismo convento para iniciar su pasos en la vida religiosa.

Un largo camino de amistades dibuja la vida de Teresa. Hubo seglares –mujeres y hombres–, hubo monjas, curas y religiosos. Gentes de negocios, de la nobleza, de extracción humilde. Algunas de estas amistades fueron, con sus palabras,quereres de por acá desastrados. Unas relaciones lapillarony desubicaron de sí misma, le hicieron perder pie en la vida. Otras le ayudaron a dar forma a su personalidad, a avanzar en el propio camino y a dar lo mejor de sí.

Pero, sobre todo,desde muy pronto, tuvo compañeros y compañeras espirituales con quienes recorrió el camino de la mejor amistad. Cuando, en elLibro de la vida, escribía sobrelos cinco que al presente nos amamos en Cristo, hablaba deamigos con quienes compartir la aventura espiritual de la vida. Y ya apuntaba alto: quería que se juntaran paradesengañar unos a otros, y decir en lo que podríamos enmendarnos y contentar más a Dios.

Amistad como revelación de la propia verdad, que solo se descubre plenamente en relación, y amistad como impulso, como motor para vivir mejor, porqueno hay quien tan bien se conozca a sí como conocen los que nos miran, si es con amor y cuidado de aprovecharnos.

Laín Entralgo definió la amistad como «una comunicación amorosa entre dos personas, en la cual, para el mutuo bien de ambas, y a través de dos modos singulares de ser hombre, se realiza y perfecciona la naturaleza humana».

Una definición muy próxima a la de Teresa que, cuando habla de amistad, se refiere a unamanera de amar. Un modo de amar que implica la comunicación, eltrato amoroso, y algo sustancial: la necesidad de dos «tú» bien definidos,dos modos singulares, al decir de Entralgo. Definidos –porquela amistad auténtica no permite que un amigo engulla al otro–, pero armonizados e identificados, por la calidad de la comunicación entre ellos.

Hay una experiencia que transforma completamente a Teresa y la resitúa en su forma de vivir cada amistad: el encuentro con Jesucristo. La pasión de su personalidad no se diluye ni disminuye, pero queda redefinida. A partir de ahí, la verdad y el bien mutuo quedan por encima de todo. Y con una dirección muy clara: crecer. Como diría Entralgo: perfeccionar la naturaleza humana.

Todavía existe una tendencia a deshumanizar la santidad, la tentación de desnudar a los santos de su naturaleza. Cuando sabemos que la Gracia transforma, renueva y encauza, pero no destruye ni aniquila, porque Dios ama la vida y a los seres humanos… porque Dios se hizo hombre.

Teresa es un vivo ejemplo de esto y sigue ofreciendosu palabra de mujer y de creyente: que no niega la carne, con su luz y su sombra, su encanto y sus defectos,pero que apuesta a la vez por el espíritu –la fuerza íntima del ser– y por el Espíritu que hay en ella.

Especialmente en su epistolario, podemos ver a Teresa disfrutar de la amistad. Allí la descubrimos diciendo a los amigos la necesidad que tiene de su presencia, el amor que la anuda a ellos, haciéndole sufrir y gozar. Aparece dando mucho de sí, reclamando a veces atención, buscando siempre la correspondencia y expresando sus desengaños también.

Cicerón tenía razón al decir que el mundo en que vivimos se halla menesteroso de amistad. Y ahora, sobre todo, necesitado de saber cómo conservarla. En nuestras sociedades, las posibilidades de relación se han multiplicado, pero también la fragilidad y la dificultad para hacer que las relaciones sean duraderas, resistentes a los vaivenes y contradicciones de la vida.

Merece la pena dedicar un segundo escrito a recoger retazos de las cartas teresianas, donde la vida se vuelve maestra, y un tercero a ese difícil y necesario arte que esdurar en la amistad.



TOMADO DE: http://nancyolayamonsalve.jimdo.com/m%C3%A1s-sobre-santa-teresa/