Aprendiendo a tu lado...

maria de san joseLa Madre Teresa de Jesús no atribuía a sí misma ningún loor, mas todo a Dios; y decía que todos los bienes que en su alma sentía, eran como la corriente caudalosa de un río que por tiempo se le comunicaba y henchía el alma, y que después se recogía y humillaba a Dios...


 

Era tal la elección y prudencia de la dicha Madre Teresa, que cuando había de ir a fundar en algunos lugares, de manera tenía presente los inconvenientes que podría haber y se aseguraba y prevenía de ellos, que casi aún no había llegado al lugar que había de fundar, cuando ya tenía en él fundado; y muchas veces se daba tal prisa, que primero tenía asiento en que se podía pasar, y estaba en él la dicha Madre Teresa con sus religiosas, y tenía asentadas gradas, donde la era necesario, su campana y su torno, que se pusiese en la misma calle en que había fundado, de su llegada al tal lugar, y esto hacía la dicha Madre por ser necesario así, so pena de arriesgarse la fundación; tal era la contradicción del demonio, ni tenía la dicha Madre Teresa ninguna de las cosas que la eran necesarias para la nueva fundación ni la faltaba ninguna.
La Madre Teresa de Jesús no atribuía a sí misma ningún loor, mas todo a Dios; y decía que todos los bienes que en su alma sentía, eran como la corriente caudalosa de un río que por tiempo se le comunicaba y henchía el alma, y que después se recogía y humillaba a Dios, y que los pecados como cosa suya propia tenía siempre delante de los ojos y lloraba con grande sentimiento y lágrimas.
Y fue siempre muy entera, dando a cada uno lo que entendía que merecía, y que ni por amigos, ni por ruegos, ni amenazas quebraba un punto de lo que la parecía justo; y que cuando castigaba era con tanta blandura, que la agradecían el castigo; y así decía la dicha Madre Teresa que antes que se castigase una persona se debía procurar persuadirla que la convenía castigarla, para que recibiendo el castigo, mereciese; y por esta razón disimulaba alguna vez y difería el castigo; y siempre se inclinaba más a misericordia que al castigo.
Así en la prosperidad como en ocasiones que tuvo de ser acusada, mostraba siempre su grande fortaleza y paciencia, principalmente en la fundación de sus monasterios, así con los prelados de su misma Orden mitigada, como con otras muchas personas que se levantaron contra la dicha Madre teresa; y que todavía mostraba siempre su fortaleza y paciencia, no quejándose de ninguno y solamente respondía, cuando se veía en grandes persecuciones: “Dejemos, hijas, pasar esta tormenta y persecución que nuestro Señor permite que la pasemos, en la cual sólo hay que sentir la ofensa que las que la causan hacen a nuestro Señor.”
Del dicho caso y de otros muchos en que se vio de persecución, la libraba nuestro Señor conforme a su inocencia y quedase la dicha Madre Teresa más conocida por quien era y con nueva honra, averiguándose que todo lo que se le había levantado era falso.

 

AUTOR: María de San José OCD, Toledo 1548-1603

TOMADO DE: http://www.paravosnaci.com

 

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